domingo, 2 de mayo de 2010

Cerrar la puerta


-Entra y te cuento.
- pero eso es una autopista.
-y qué quieres que le haga, no encontré mejor puerta que está
-¿y?
- nada que noto que no me echas de menos, que por más que me empeñó no veo nada, pero nada de nada.
- pero es que ya no no estamos..¿no?
- ya, pero estuvimos y algo tuvo que quedar.
- ¿tienes una cerveza?
- estamos en una autopista, ¿es que no lo ves?
- sí, pero esto ya lo hemos hablado cientos de veces y tengo sed.
-¿entonces? ya está, así de simple......pero ¿adónde vas?

Y se va por donde entró. Y al otro le dio entonces por mirar a los lados y vio cientos de puertas abiertas que daban a su misma autopista y la gente entraba y salía. También pensó que no le gustaba estar sólo en medio de tanto tráfico y salió por la puerta y la volteó hasta cerrarla, y la empujó con fuerza, -joder, qué dura está-, y le pegó un par de patadas y se sentó en el suelo a empujar con las dos piernas como un brutote y quitó todos los rastrojos y piedras que pudiesen estar por medio y casi lo consiguió, pero no, -pero qué dura- así que les pidió ayuda a los de las otras puertas. Y ahí estaban, casi cien personas empujando, - pero si lo conseguimos vamos todos a cerrar las de los demás- y se jaleaban unos a otros y se fue haciendo de noche - oye , parad que ya está.

Y se sentaron a mirarla bien cerrada, y uno puso una piedra por si las moscas el viento. Se abrazaron como locos, y gritaban que ya que se había acabado y que ya estaba, y que que suerte y de repente unos faros se intuyeron por los agujeros de la puerta oxidada ...

-a lo mejor es por eso, por los agujeros.
- pues los tapamos y ya está.

Y el otro dijo que no, que los agujeros se quedaban ahí y que !Ay del que se atreviera a taparlos!, que una cosa es cerrar puertas y otra olvidar lo que había detras, que él no era de esos ni quería serlo.

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