domingo, 27 de enero de 2008

¿y tú qué ves?


- Mira, ¿qué increíble?
- ¿qué ves?
- La inmensidad
- Yo solo veo un reflejo y tierra, bueno inmensidad de tierra es lo que veo.
- ¿ya está? Respira hondo, anda.
- ¿en este secarral?
- Ponle un poco de ganas, venga, respira hondo, ¿qué sientes?
- Nada, ¿qué tengo que sentir?
- Espera, cierra los ojos a ver si así.
Él los cierra y espera. Él que es el mismo no dice nada.
-¿y?
- tienes razón
- lo ves, es inmenso, sólo hay que ponerle ganas.
- y cerrar los ojos un poco, porque si los dejas abiertos sigue siendo un secarral.
-bueno, pues ciérralos todo el rato yo te guio.
Él se levanta a sí mismo y se va. A veces le cuesta ponerse del otro lado.

1 comentario:

enmovimiento dijo...

Ya, sólo hay que ponerle ganas. Pero a veces el secarral ni con los ojos cerrados se puede asemejar remotamente al mar...
Habrá que ponerle todavía más ganas.